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Extracto de Introducción de “Aikido” – Tamura Noboyushi, 1986

“Aikido” – Tamura Noboyushi, 1986


Para comprender la cosmogénesis, podemos de una manera indiferente recurrir a la tradición, o a la ciencia moderna, pues en efecto, tanto la una como la otra conducen al mismo punto: al punto paradoxal, donde se unen lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño. Recurriendo a una obra literaria, por ejemplo, se pueden observar dos actitudes: la del lector que se contenta con leer el libro e instruirse y la del autor, creador de la obra.

Si bien es posible dividir el Todo para analizarlo parte por parte, es imposible con cada parte reconstituir el Todo. Un tazón roto, aunque sea pegado tan perfectamente como sea posible, jamás será el mismo. Reconstituida perfectamente, una hoja cortada en trozos, jamás volverá a estar viva.

El hombre ha salido en un principio del Gran Universo y en tanto que tai, participa de la vida de este Universo; es fragmento del Universo y este fragmento no puede conocer la totalidad del Universo, porque la fuerza de conocimiento que le empuja a saber no es de su propiedad, sino que pertenece al Universo. Sin embargo, el hombre que rechaza el ego y se une a la totalidad se convierte en Universo, respira con el Universo. Convertido entonces en totalidad, puede conocerse.

Desde siempre, la educación japonesa tiende a la realización de esta unión.

"Conócete a ti mismo"
 ¿hay alguna cosa más simple y a la vez más difícil?

¿No se puede decir que, puesto que el hombre no se conoce, la humanidad está corrompida y que de este cuerpo corrompido, se escapan los humores purulentos que son las querellas, las crisis, el odio, la guerra? El deber más urgente para la educación es el inculcar a los hombres el conocerse a sí mismos. Creo que la educación japonesa tradicional estaba orientada en este sentido. Sería bueno, quizás el buscar para reencontrar esta tradición, el situarla en plena luz y el confrontarla con la educación actual para el mejor bien posible.

Conocerse a si mismo, significa que cada uno de los elementos que forman la totalidad conoce su especificidad y vive al máximo de su potencialidad, y que por lo mismo hace vivir a la totalidad. Lo que quiere decir que estos elementos proceden de la totalidad; que los elementos no tienen vida fuera de la totalidad y que ésta no existe sin los elementos que la constituyen.

Si digo: "El Universo estaba ahí", es porque una parte del Universo existía, y yo, que soy una parte del Universo, estaba ahí. Si ver el comienzo de los seres implica alguien que ve y alguien visto, esto significa que hay dos mundos. Es una contradicción de la que hay que tomar conciencia.

O Sensei dice "No tengo enemigos. Hago mi respiración de la respiración del Cielo y de la Tierra. La estructura del Universo esté en el interior de mi cuerpo. Cuando tomo un sable, el sable y yo no hacemos más que uno". O Sensei habla así a menudo, empleando fórmulas parecidas para explicar su sentimiento de unidad con el Universo, la conciencia de la existencia de las estructuras del Universo presentes en el. Se notaba que vivía este estado.

Ahora que tenemos una idea de lo que es "Bu", es preciso saber cual es su finalidad. El sentido general de Bu, es el de desarrollar su propia potencia de proteger el cuerpo, de abatir al adversario, etc.,
O Sensei dice:

 "Construir y formar hombres verdaderos, auténticos, sinceros son los fines de Bu".

¿Pero que es un hombre verdadero, auténtico, sincero? Es un hombre que trabaja con sinceridad, que modela su cuerpo y su espíritu para desarrollarlos, reforzarlos, realizar su unión para alcanzar la unificación total, volverse sin fallos, vigilante y despierto. ¿Como obtener este resultado? Guardando conciencia de que la vida es un momento de excepción, abordando el entrenamiento bajo la forma de grandes pruebas, momentos excepcionales, de una ruda ascesis: errando por la frontera de la vida y la muerte para finalmente situarse más allá de la vida y de la muerte.

Cara a la muerte, cualquiera que sean las dificultades, es preciso, cotidianamente, permanecer tranquilo, impávido, sonriente. Alcanzado este estado, aparece el hombre verdadero que ha practicado Bu. Habiéndose vuelto un hombre verdadero, si creemos haber alcanzado Bu, nos equivocamos, porque siempre hay un más allá. Sin embargo, hace falta primero llegar al estado de hombre verdadero, tomar conciencia de la verdad del Universo, poder hacerla aparecer y experimentarla. Dicho de otra manera, para regir el Universo; hay que concertar la respiración con el soplo del Universo, hay que tomar en uno mismo, en el mismo vientre, la sociedad.

Después, según las palabras de O Sensei: "Regir el mundo, volver a poner en la vía aquello que se aparta de la ley del Universo, propagar la vía para mostrar la verdad'. Más simplemente, por Bu, que es una práctica que está en la frontera de la vida y de la muerte, realizamos la unidad del cuerpo y del espíritu; aparece entonces el hombre verdadero, iluminado, impávido que se sitúa a partir de ahora más allá de la Vida y de la muerte, capaz del juicio justo, por lo tanto capaz de regirse como de regir el mundo.

Tal es la finalidad de Bu. Si reemplazáis Bu por Aikido, comprenderéis entonces lo que es el Aikido, y su finalidad. Es lo que hay que saber antes de comenzar el estudio del Aikido. Si lo ignoráis, os apartaréis cada vez más de la finalidad fundamental a medida que avancéis en vuestro trabajo. Es una verdad que debéis guardar constantemente en lo más profundo de vuestro corazón.

O Sensei dice que la sociedad está gobernada por los hombres; que el Universo existe porque el hombre existe; que si cerráis los ojos, todo desaparece, que si os desembarazáis de vuestro ego y de vuestros deseos, el Universo entero os pertenece. Se dice que la vía que conduce a este espíritu, confundiéndose con la vía del cuerpo, da lugar al nacimiento del Aikido. Ya que O Sensei lo dice, yo digo y pienso, que es ahí donde comienza el Aikido.

O Sensei dice incluso: "El Aikido es una manifestación de la Verdad. "El Aikido es el camino que une a los hombres, que los trae a la unión; por lo mismo, cualquiera que sea el arma que ataque, el Aikido conduce a la unión con el arma". "El Aikido apacigua la cólera por la risa", El verdadero Aikido no puede ser de otra manera. O Sensei se sirve a menudo de este poema para explicar brevemente el Aikido:

¡OH! La belleza
De las formas de este Universo
Que el Creador ha concebido como una sola casa
Si entendéis lo que acaba de ser dicho y escrito
y lo integráis en vuestra práctica del Aikido,
¿no comprenderíais mejor y más rápidamente lo que es el Aikido?